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Por Víctor González
Si es que pretendemos como cristianos que vamos a vivir de alguna manera agradando a Dios nuestro Creador, TENEMOS QUE CAMBIAR NUESTRA FORMA DE PENSAR en cuanto a la alabanza en la iglesia, porque es obvio que no pensamos de acuerdo a las escrituras.
¡Cuanto deseamos que la gente nos entienda y nos comprenda por qué actuamos y somos como somos! También, Dios quiere que le entendamos.
Jer. 9 :24
Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.
Hay un concepto preconcebido de la alabanza. Algunos piensan que sólo los músicos deben de hacerlo. Otros piensan que es para entretener a la gente. Otros, que es para atraer a los jóvenes especialmente. Pero, muy pocos piensan que la alabanza es para complacer a Dios, como un concierto o sinfonía es para la audiencia que espera escuchar una buena música.
Es imprescindible de que aceptemos esta verdad : FUIMOS CREADOS PARA SU GLORIA Y PLACER. (Ef 1 :11-12; Apo 4 :11)
Tenemos que cambiar la mentalidad de que cuando alabamos en la iglesia, es para que YO PARTICIPE y no sea un oidor, como si fuera un concierto. Hay un lugar correcto para los conciertos, pero cuando es tiempo de alabar, tenemos que involucrarnos. Esta es una de las cosas en la ministración a Dios, que nadie puede hacer por nosotros, es una cosa muy personal e íntima con Dios.
UNA FORMA DE HUMILLARNOS
Rom. 14 :11 (Isa. 45 :23)
Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios.
Fil. 2 :10-11
Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Cuando conscientemente no alabamos y ministramos a Dios, ya sea por ignorancia o porque no tengo ganas... o no siento o simplemente porque no quiero y cualquier otro motivo, estamos siendo parte de los que no le alaban ni se humillan delante de Dios. Entre ese grupo están los demonios y principados de las tinieblas que rehusan el señorío de Jesús . Recordemos que Lucifer fue echado del cielo porque no quiso humillarse delante de Dios. Es más, se quiso hacer igual a Dios y levantar su trono por encima de EL.
La alabanza, es la forma de humillarnos y reconocer su Señorío, porque
el postrarse, levantar las manos, el aplaudir, el danzar delante de El, el gritar con júbilo, el cantar, el arrodillarse, todo esto es parte de nuestra alabanza, humillación y servicio a Dios.
Romanos 12 :2
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Cuando hay conciertos de rock, que exalta el sexo impuro, drogas y tantos otros pecados, es sorprendente en la forma que la audiencia se involucra; saltando, aplaudiendo y levantando las manos siendo como uno solo con el grupo que está tocando, me pregunto ¿Por qué no podemos ver eso durante nuestras reuniones de alabanza?
Lo único que puedo pensar es, que tenemos que cambiar nuestra forma de pensar. YA ES TIEMPO QUE NOS SOLTEMOS y alabemos al Señor como David lo hizo, de tal forma que lo consideraron demente y loco, especialmente su propia esposa.
(2 de Samuel 6:14-16)
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