|
-------------------
Por Victor Gonzalez
Nunca se me olvidará la portada de un disco cristiano que impresionó mi espíritu y mi alma al verlo. Había una multitud de gente postrada al suelo, mientras varios hombres de la casa real traían al rey en un tipo de trono, montado en una plataforma, rodeada por soldados del palacio real. Era impresionante ver a toda la multitud postrada en el suelo en señal de "adoración" al rey; pero, más admirable, era ver a un hombre, Daniel, el único que estaba de pie, negándose a postrarse y adorar al rey. Al mismo tiempo, habían varios soldados confrontando a este hombre valiente, con látigos en las manos, pegándole para que se postrara. Y la historia en la Biblia, en Daniel 3 dice, que, él no se postró, ni sus dos compañeros judíos, ante la estatua del rey, sino sólo a Dios.
Trayendo esa misma escena a nuestros días en las iglesias, el cuadro parece estar al revés, en muchas de las iglesias cristianas, la gente está parada negándose a adorar a Dios durante la alabanza y la adoración. Es lógico que para aquellos que no le conocen como Señor y Salvador, no lo pueden hacer. Más bien, para ellos esto es una locura porque no lo entienden. Pero estamos hablando de aquellos que han sido redimidos por la sangre del Cordero y se llaman cristianos que no alaban al Señor cantando y danzando delante de El. Estamos hablando típicamente de muchas iglesias donde la minoría, está alabando y adorando al Rey de reyes y Señor de señores con todo el corazón.
El mundo entero un día, será restaurado a cumplir el propósito por el cual fue creado; donde no habrá dolor, llanto ni tristeza y en donde todas las naciones adorarán al Rey de reyes y Señor de señores. La buena noticia es que, hoy en día está habiendo un despertar en muchas iglesias, a nuestro propósito de darle la gloria a El con la música, la danza y con el drama.
Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia. (Apo.7:9)
¿Quien no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado. (Apo. 15:4)
La restauración de todas las cosas, comienza con la iglesia. Si un día vamos a ver a naciones enteras reconociendo y adorando al Rey, primero tiene que empezar con la misma iglesia.
|
